Para la entrada de hoy vamos a viajar un poco hacia atrás en el tiempo. Algo más de trecemil millones de años, concretamente. Eran tiempos interesantes, y aunque no los pudimos ver de primera mano, tenemos fuertes indicios de lo que "se cocía". Uno de ellos es la Nucleosíntesis del Big Bang (BBN). La formulación teórica se encuentra en el artículo "αβγ" (Alpher-Bethe-Gamow). Antes de entrar en materia, la anécdota detrás de este artículo: la investigación la realizó el conocido físico ruso-americano George Gamow junto a su estudiante de doctorado Ralph Alpher. Pero Gamow era un graciosillo, y consideró que la lista de autores quedaría más redonda si completara el alfabeto griego invitando a Hans Bethe, físico nuclear y amigo personal de Gamow. Bethe no intervino en el articulo, pero curiosamente le tocó revisarlo para su publicación en Physical Review. A Alpher no le hizo ninguna gracia, porque pensaba que al compartir autoría con no uno sino dos de los mejores físicos del momento, se minusvaloraría su aportación. Posteriormente Bethe se interesaría por la nucleosíntesis, no la del Big Bang, sino la estelar, lo que le valdría el premio Nobel.
